Para ver el blog dale click a la imagenCuriosidades sobre nuestro amigo Gaturro y su creador Nik
Las tiras de Nik no son extremadamente graciosas. Tampoco podría decirse que resultan apoteósicas al estilo de algunas performances de Alfredo Casero.
Por el contrario, parecen buscar en su receptor una sonrisa confidente antes que una carcajada. Su obra, su arte, representa un raro equilibrio entre lo gráfico y palpable (el color, el dibujo) y lo virtual (el diálogo en el aire, las anotaciones al margen, el chiste reptando debajo de las caricaturas). En los últimos 10 años, Nik -Cristian Dzwonik, nacido en Buenos Aires hace unos treinta y tantos años, diseñador gráfico recibido en la UBA, premio Konex de Platino- se ha hecho víctima y merecedor de las dos caras del reconocimiento público.
Por un lado están sus lectores diarios (en "La Nación" y "La Mañana de Córdoba", entre otros), sus seguidores de todo orden, esos que leen sus tiras sin falta o se aferran a sus muy particulares libros en formatos coloridos y originales. Por el otro, quedan dando vueltas (¿al acecho?) algunos colegas que no lo quieren bien -precisamente- y lo atacan públicamente por diversos motivos. De todos modos, nunca queda muy claro a qué vienen los embates. Será una de las cuotas que exige a cambio el éxito.
Asegura que no le gusta contar chistes, puesto que su capacidad para plantar una risa en los demás está íntimamente vinculada con la vida de sus personajes. Sin embargo, como verán, en esta entrevista se muestra entretenido, ocurrente y espontáneo. Uno intuye que Nik sí es gracioso o lo sería si así lo quisiera en una reunión o en la parada de un colectivo. Pero, simplemente, no le da la gana ponerse en el papel del chistoso de la familia. Como sea, esta vez, como siempre, Nik nos hace cambiar el gesto e invocar una de las formas de la alegría. Se trata de un regalo suyo que no tiene precio.
Entrevista a Nick... Todo Gaturro!
"Gaturro está para el diván"por: CLAUDIO ANDRADE
- ¿Tienen secretos personales sus personajes?
- Sí, tienen secretos como cualquiera de nosotros, y eso es parte de su personalidad.
- ¿Le mienten sus personajes?
- Todos los personajes mienten, porque son ficción. Pero lo difícil del arte es hacer que una mentira parezca verdadera y bella.
- ¿Padecen de soledad sus famosos personajes?
- No, mientras haya personas que los lean nunca van a estar solos.
- ¿Y de melancolía?
- Puede ser, se acuerdan de cuando eran boceto.
- ¿Se siente padre, hijo o buen amigo de sus personajes?
- Me siento amigo, porque una vez que toman vida propia ya son independientes. No te queda parentesco directo, pasan a ser de todos.
- ¿Quién sabe más de humor gráfico: el presidente de la Nación, un pibe en parapente o la súper modelo Valeria Mazza?
- Un pibe en parapente. Los presidentes odian el humor, sobre todo si es con ellos. Y las modelos no lo entienden.
- Hablando de modelos, ¿qué es la moda, al fin de cuentas?
- Es la representación material de la fugacidad.
- Y persisto en el tema: ¿se imagina una tira de historietas protagonizada por una modelo?
- Sí, la tira menos pensada.
- ¿Lee a William Shakespeare en la madrugada?
- Si es un sueño de una noche de verano, sí.
- De ser posible, ¿me explica en tres palabras la "manga" japonesa?
- Ojos grandes, planos rotativos tipo Matrix, mucha acción... ¡¡aguante Meteoro!!
- Me dicen que las supercomputadoras reemplazarán a los personajes de carne y hueso. ¿Será para tanto?
- En algunos casos de malos actores con tics de sobreactuación será una ventaja.
- ¿Qué es un perfume de mujer?
- Es su esencia, es el aroma de su recuerdo.
- ¿Qué le falta a su arte para llegar a la perfección?
- Por empezar, la historieta todavía no está reconocida oficialmente como arte, y nunca se llega a la perfección: siempre hay cosas para mejorar.
- ¿Es un oficio exclusivamente de varones el de la historieta?
- Hay una mayoría de varones, pero afortunadamente las mujeres están empezando a ocupar un lugar importante. Si no, era como un vestuario de primera A.
- Lo llaman Nik, lo llaman humorista... ¿y usted qué responde?
- Me río.
- Lo llaman humorista gráfico. ¿Usted qué les dice?
- Les hago un dibujito.
- ¿Qué sabe de los niños?
- Mucho. Fui niño. Converso con los chicos, los observo y trato de pensar como pensarían ellos hoy.
- Mis hijas de 5 y 8 años han tomado posesión de mis libros de Gaturro. ¿No será pronto?
- No, Gaturro es una tira que no tiene edad para comenzar a leer. Puede tener múltiples lecturas a distintas edades. Y siempre es mejor que los chicos lean a que vean televisión. La lectura ejercita la imaginación, en cambio la tele nos ofrece todo ya masticado, no hay que hace ningún esfuerzo.
- ¿Sueña con las andanzas de sus personajes antes de llevarlos al papel o a la pantalla de la computadora?
- Sí, sueño con ellos. Hay chistes que he pensado dormido. Y me salieron mejor que despierto.
- ¿Necesita Gaturro un psicoanalista?
- Sí, tiene comportamientos obsesivos con Agatha, fobia a su profesora, ansiedad amorosa... está para el diván.
- ¿Teme por sus vidas?
- No, los personajes de historieta no mueren, permanecen en quienes los quieren.
- ¿Qué es un café chico?
- Un café que todavía me deja sueño.
- ¿Lee historietas?
- Leo tiras cómicas, pero no historieta clásica. Pero, sobre todo, leo en general. Soy un buen lector de literatura nacional y universal.
- ¿Escribirá una historia de amor con un esperado final feliz?
- No me gustan mucho los finales felices, y sobre todo no me gustan los finales.
- ¿Filmará un policial de tipo americano con Gaturro como detective y protagonista?
- Se parecería más al Superagente 86 que a James Bond.
- ¿Se irá a vivir al extranjero para alimentarse con nuevos aires, tal como han hecho tantos otros artistas?
- No, me gusta mucho viajar y conocer lugares nuevos, pero por ahora siempre prefiero seguir viviendo donde estoy.
- ¿Formará una banda de heavy metal?
- No, tengo menos metal que una media de lana.
- "Hoy leí las noticias de hoy, eran iguales a las de ayer...", canta Andrés Calamaro en una de sus tantas bellas canciones. ¿Coincide?
- Nuestra historia es cíclica; el argentino es el único ciudadano que tropieza diez veces con los mismos políticos.
- ¿Existen las caricaturas vivientes?
- Sí, existen caricaturas vivientes. Y existen seres humanos que creen estar vivos pero su alma se murió hace rato.
- ¿Es gracioso en el living de su casa?
- En el living no. En el palier, a veces.
- Esto es casi un presupuesto o prejuicio, pero dígame: ¿cuenta chistes malos en las reuniones de amigos?
- No me gusta contar chistes. No tengo habilidad para la oratoria risueña. Por eso me dediqué al dibujo. Creo ser algo gracioso en un diálogo espontáneo, pero no cuando exigen que alguien lo sea, como en un chiste.
- ¿Escalará el Everest?
- El Everest no. Pero en la vida espero estar a la altura de las circunstancias.
- Como en un filme de Humphrey Bogart, probablemente "Casablanca", sólo que en un bar llamado "Nik's", con un whisky en la mano rumia sus pensamientos. Una rubia fatal se le sienta al lado. ¿Usted qué le dice? (recuerde que es un personaje de película).
- ¿Puedo tocarla de nuevo, Sam? (a la rubia)
- ¿Qué es la vida en la Tierra?
- Según las religiones, es el preludio de algo mejor. Según mi interpretación, disfrutemos ahora porque después, no sé.
- ¿Cree en el caos?
- En realidad... no creo en el orden.
- ¿Llora viendo películas?
- Sí, lloro con facilidad. Me asalta la emoción y me rindo en seguida.
- ¿Ha llorado de la risa?
- Muchas veces, hasta que me doliera el estómago.
- ¿Recorrerá el mundo en un velero?
- Me gustaría mucho... pero por ahora sólo navego... por internet.
- ¿Uno se hace o nace?
- Ser o no nacer, ésa es la cuestión.
- Creo que fue "Forrest Gum" el que dijo que la vida era como una caja de bombones, uno nunca sabe cuál le va a tocar. ¿Tiene sentido esa máxima?
- Bueno, no tiene por qué ser tan aleatorio. Hay bombones que uno sabe que... por ahí, no. Otros que vienen envueltos: se sabe que son de licor. Hay gente que prueba una puntita y lo deja. Hay técnicas como encontrar finalmente ese gran bombón de trufa y dulce de leche.
- Cuénteme, si quiere, un proyecto suyo, importante y en el cual piensa con frecuencia.
- Ser feliz la mayor cantidad de días posible.
- Me lo imagino solo, temprano, leyendo diarios, tomando café, preguntándose una y otra vez si esto y aquello tiene gracia, torturándose un poco... ¿imagino bien o estoy fuera de foco?
- No, no soy así. No tomo café, casi nunca estoy solo, estoy con mi mujer Laura. Sí leo los diarios, pero no me torturo, trato de que las cosas salgan naturalmente. Hablamos mucho, intento que las cosas salgan espontáneamente.
- Si le digo "que la fuerza lo acompañe", ¿usted qué me responde?
- ¿Dónde queda el baño?
- Y, para terminar, Fito Páez dijo: "La vida es una moneda". ¿Será?
- Sí, a veces sale cara, a veces ceca. Y a los argentinos nos secaron varias veces.
entrevista a Adriana Lorenzón, guionista de la peli Gaturro
Uno como productor o escritor tiene que estar atento a los temas que andan latiendo en la sociedad
Dijo Adriana Lorenzón, periodista y guionista
Dentro del ciclo 5 días de Teatro y Espectáculo, organizado por la Facultad de Diseño y Comunicación de la UP, se realizó una Jornada que abordó el pasaje de la trama a la Pantalla. Se trabajó desde las experiencias de los profesionales que día a día construyen la ficción en argentina hoy.
El tema se abrió con la docente Carla Argañarás, quien habló de la importancia de la evolución tecnológica. Explicó: “Hay que agregar el concepto de innovación a la creación; y de entender a la tecnología como herramienta de trabajo.” En este aspecto señaló que “se vive el cambio de lo analógico por lo digital” ya que “la TV se encuentra afectada por los nuevos conceptos e ideas de expresión de lo ficcional”. Puso en primer plano que “no sólo importa el público, sino el formato de la ficción. Ya que la ficción es una realidad virtual.”
Continuó Adriana Lorenzón con su exposición sobre La trasposición de un clásico a la Argentina contemporánea. La autora de Un amor, una venganza: Montecristo, compartió su experiencia para este trabajo. Abrió su charla analizando la idea de que temas se abordan para la televisión, dijo: “todo lo que se hace en televisión es la adaptación de algo antiguo, pero toma una forma diferente: ahí está el desafío”.
El caso puntual de Montecristo, comenzó con una propuesta para Telefé. Dijo que uno de los problemas con los canales de aire es que suelen pedir “trajes a medida”, esto es: primero una figura y luego una historia. En este caso había que escribir para Pablo Echarri. Luego apareció la idea de “La venganza”.
Comentó Lorenzón que la obra literaria Montecristo, además de ser un clásico, tiene todos los elementos que el género de la telenovela necesita. El puntapié inicial es un conflicto político que el personaje desconocía, pero en el cual se ve inmerso por casualidad. Se respetan los pilares fundamentales: cuatro villanos, héroe vengador (ingenuo antes de la cárcel, suspicaz después) y un romance.
¿Cómo contar el paso del tiempo de la novela? Se optó por hacer una mezcla del ir y venir entre pasado y presente: “Tratamos que sea fluido y fácil de comprender, porque si había mucho vértigo en estos pasajes, podía resultar confuso. El gran demonio de la TV es el control remoto. Si la trama es demasiado compleja o poco interesante, el espectador cambia en seguida.”
“Uno como productor o escritor tiene que estar atento a los temas que andan latiendo en la sociedad. Por que la tele está en la casa, con la familia, entonces hay temas que generan reacciones interesantes. A veces la tele es vía de escape, a veces sirve para pensar. Es un canal y nada más, no enseña ni comunica. Pero a veces en lo que la gente mira se perciben las necesidades de la sociedad, que a veces es opresiva. En el caso de Montecristo, cuando recomendé la idea de la trama, no querían aceptarla trama por ser tan controversial, pero al final accedieron y fue un boom”.
Adriana Lorenzón estudió guión con María José Campoamor, Jorge Maestro y Sergio Vainman, entre otros. Fue guionista de la película animada Gaturro, l película. Entre sus trabajos para televisión se destacan: Buenos Vecinos, Costumbres Argentinas, Por amor a vos, El Capo, Los Roldán y Un amor, una venganza: Montecristo.
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